Violencia, Discapacidad y sus Efectos en la Salud Mental

El diccionario de la Real Academia Española en la última edición en su versión electrónica, nos instruye que la palabra violencia viene del latín Violentia. Esta entidad establece en una de sus definiciones de violencia como: «Acción violenta o contra el natural modo de proceder». En el mundo la violencia se representa de diversas maneras, física, verbal, sexual, etc… Todas estas modalidades de violencia pueden dejar una marca en los seres humanos que pueden tener efectos devastadores en la salud mental del ser humano. No obstante, existe un acto violento que puede tener unos efectos muy dañinos para los seres humanos. ¡La guerra! La palabra guerra, nos ilustra la misma versión electrónica del diccionario de la Real Academia Española que proviene Del germ. *werra ‘pelea, discordia’; cf. a. al. ant. wërra, neerl. medio warre. Significa, entre otras cosas, lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación. También puede significar pugna entre personas.

Los actos violentos se realizan por diversas razones y a diferentes grupos poblacionales. Estos grupos poblacionales a los que se le hace una demostración violenta usualmente son grupos minoritarios y que, en ocasiones se les llama grupos vulnerables. Es de uno de estos grupos de los que me gustaría comentar en este artículo que escribo. El grupo de las personas con discapacidad y los efectos que tiene este tipo de actuación en la salud mental de este grupo poblacional.

De acuerdo a datos ofrecidos por la Organización de las Naciones Unidas, (2008) en su sección UNenable, destinada a temas relacionados a las personas con discapacidad, por cada niño que mueren en zona de guerra, 3 resultan heridos o con discapacidad permanente.

Según la Organización Mundial de la Salud, en algunos países, hasta una cuarta parte de las discapacidades son resultado de heridas y violencia. Las personas con discapacidad tienen más probabilidad de ser víctimas de la violencia o la violación, según un estudio británico de 2004, y menos probabilidad de obtener intervención policiaca, protección jurídica y cuidados preventivos. Las investigaciones indican que la violencia contra los niños con discapacidad ocurre a tasas anuales por lo menos 1.7 veces mayor que en el caso de sus pares no discapacitados. Son en estas consecuencias en las que me deseo enfocar al escribir el siguiente artículo. Cuando dos o más naciones comienzan una guerra sus efectos se sienten de inmediato en el mundo civil. Hay miedo, ansiedad y tristeza y hasta depresión.   Una de las maneras, pero no la única, de que la guerra tenga los efectos anteriormente mencionados en la población civil es a consecuencia de las minas que todavía existen en diferentes países, incluyendo Vieques, las cuales pueden explotar y hacer que miles de civiles pierdan algún tipo de extremidad. Una granada que explote en un poblado lleno de personas civiles puede hacer que esta población pueda perder algún tipo de extremidad.

Tanto en actos violentos entre vecinos, como en conflictos bélicos, existe la posibilidad de que una persona adquiera un daño cerebral a consecuencia de un golpe directo al cerebro o agresión. A esto la autora Elena Galián Paramio le llama Traumatismo Craneoencefálico (Galián,2013)

Como ya hemos visto, ya sea a consecuencia de violencia en las calles o en conflictos bélicos, las consecuencias de la violencia pueden conllevar a que personas inocentes ajenas a la situación y/o las que se encuentran en el mismo conflicto, pueden adquirir cualquier tipo de discapacidad.   Esto puede trastocar los factores psicosociales de los seres humanos. Para trabajar con la secuela que sobreviene a raíz de este tipo de acto violento, tanto con las víctimas de estos actos como con sus familiares, se podrían realizar intervenciones de índole grupal, individual y hasta utilizar técnicas de negociación, las cuales se utilizan en la mediación, para aprender a manejar los conflictos y situaciones.

Pese a que no todos los procesos de diálogo y mediación tienen resultados positivos, como se puede ver en el artículo “Mediación en Naciones Unidas, publicado por Kevin Brown en la Revista de Mediación, (versión electrónica), ciertamente no todo proceso de este tipo es efectivo. No obstante, entiendo que el intentar resolver los conflictos mediante el diálogo contribuiría a disminuir que personas inocentes adquieran una discapacidad para que de esta forma se puedan tratar de evitar que se trastoque la salud mental de un ser humano a consecuencia de actos violentos.

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Milton J. Garland Solá, MA. – Mlton tiene una maestría en Consejería Psicológica y actualmente es Mediador de Conflictos Certificado por el Tribunal Supremo de Puerto Rico.

Referencias:

http://www.un.org/spanish/disabilities/default.asp?navid=42&pid=1369

http://dle.rae.es/?id=brdBvt6

http://www.un.org/es/sg/messages/2008/mineawareness2008.html

https://revistademediacion.com/numeros/volumen-9-no-1/

Galián Paramio, Elena (coord.) (2013) Convivir con el Daño Cerebral Adquirido. Editorial Síntesis S.A. Madrid.

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UnknownComité de Prevención de Violencia – Asociación de Psicología de Puerto Rico

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