Proteger a la niñez es una obligación fundamentalmente de las personas adultas de las familias. La mayoría de las familias cumplen a cabalidad con este deber todos los días, con mucho amor, dedicación y sacrificios. Sin embargo, hay niños y niñas en todos los vecindarios y comunidades, que sufren en sus hogares por la negligencia y el maltrato de parte de quienes deberían estar cuidándoles y protegiéndoles.

El maltrato de menores es siempre una gran injusticia. Muy pocas veces los adultos maltratantes piden ayuda porque no se reconocen como tales o porque sabiendo que su conducta es abusiva, temen ser investigados. La responsabilidad de la comunidad frente al maltrato tiene que ser mayor en estos casos.

Mientras más indefensas son las criaturas, son más susceptibles a sufrir maltrato por periodos más prolongados y con efectos más letales. La fragilidad de sus cuerpos y la dependencia total en los adultos para la atención de sus necesidades, les mantienen la mayor parte del tiempo en sus casas y bajo la atención de quienes les maltratan.

La comunidad que protege a la niñez sabe que la conducta negligente y maltratante es dañina; tanto que puede causar la muerte. Está pendiente de su bienestar porque reconoce que los más pequeños no se pueden defender del abuso de los adultos está pendiente de su bienestar.

Algunas señales de que un menor puede estar siendo víctima de negligencia o maltrato son las siguientes: se observa bajo peso o con desnutrición, tiene pobre higiene, se ve con marcas de quemaduras o golpes en la cara o en otras parte del cuerpo, se observa constantemente enfermo y no tiene atención médica, le dejan solo, desatendido o bajo supervisión inadecuada, se ausenta de la escuela sin excusa justificada y los adultos a cargo no asisten a las citas escolares.

fear-1131143_1280.jpgAdemás, los menores pueden estar siendo maltratados en familias que disciplinan con gritos, amenazas, fuete, golpes y castigos severos o cuando viven en hogares donde se escuchan frecuentes discusiones y menores llorando; y cuando presentan cambios repentinos de conducta, en sus patrones de comunicación, de alimentación, en sus relaciones con los demás o en otros aspectos de su desarrollo físico o emocional.

Estas señales no siempre confirman ni constituyen pruebas de maltrato. Puede haber otros motivos y circunstancias que expliquen esos síntomas o comportamientos. Sin embargo, pueden ser señales importantes que identifiquen la necesidad de intervención y ayuda. Una comunidad que cuida de la niñez, se interesa en conocer cómo son tratados, les observa, les acompaña y actúa con sensibilidad, velando por su bienestar. La comunidad que ama a

la niñez está siempre alerta para apoyarles y protegerles.

Si necesita ayuda para lograr una crianza adecuada puede llamar a la línea de orientación del Departamento de la Familia entre 8:00am a 12:00am al 787-977-8022 o al 1-888-359-7777. Si observa maltrato contra algún(a) menor, puede comunicarse de forma confidencial llamando al 787-749-1333 o al 1-800-981-8333.

Secretaria.jpg

 

Por:

Hon. Idalia Colón Rondón, MTS
La autora  es actualmente, la Secretaria del Departamento de la Familia, en Puerto Rico.

 

PD. Gracias por leernos. Te dejamos saber que tenemos página en FB donde compartimos información y eventos relacionados a prevención de violencia y psicología le puedes dar LIKE aquí>>

Unknown/ Comité de Prevención de Violencia – Asociación de Psicología de Puerto Rico

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s